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::: Dorotatxu :::

CINE RECOMENDADO

Porque éstos son unos días proclives al recogimiento, y porque pese a ello hay momentos de descanso que también se pueden aprovechar, os incluyo la lista de las 10 películas seleccionadas como las mejores de 2007 por el Arzobispado de Barcelona. Son películas para adultos, y la mayoría ya las tenéis en DVD, así que para esas tardes en las que el tiempo al parecer no acompañe...

El ranking lo encabezan “La vida de los otros”, “Luces al atardecer”, “Disparando a perros” y “Después de la boda”. “La vida de los otros”, del director alemán de 32 años Florian Henckel von Donnersmarck se llevó el Oscar a la mejor película extranjera de 2007, pero vamos a incluir ahora una breve sinopsis de cada una de ellas:

  1. La Vida de los otros, de Florian Henckel von Donnersmarck. El capitán Gerd Wiesler, magistralmente interpretado por el recientemente fallecido Ulrich Mühe como oficial destacadamente eficaz de la Stasi –la policía secreta de la antigua República Democrática Alemana, es el encargado de espiar a la pareja formada por el prestigioso dramaturgo y director Georg Dreyman (Sebastian Koch) y su novia, la actriz Chirsta-María Seieland (Martina Gedeck)Las actividades opositoras del intelectual serán descubiertas por una vigilancia que vulnera toda intimidad, pero que al mismo tiempo mostrará al espía el verdadero rostro de sus víctima
  2. Luces al atardecer, de Aki Kaurismaki. Aki Kaurismaki nos tiene acostumbrados a un cine que permite una lectura trascendente de acontecimientos simples y de personajes menores, como si lo más grande y mejor se transparentase en lo más insignificante.La posibilidad de una lectura espiritual del espectador indica hasta qué punto el director, con su cine, es capaz de comunicar incluso más allá de su voluntad deliberada de expresión, algo que sin duda ha de ser reconocido –en legítimo sentido- como arte.
  3. Disparando a perros, de Michael Caton-Jones. La denuncia que dio origen a la película, filmada ya en el reconocido Hotel Rwanda de Terry George, invita a superar la indiferencia sobre África y a asumir la responsabilidad que Occidente contrajo con el genocidio, y también con su antes y su después.Para romper este silencio informativo y ético, se nos presenta el sufrimiento y el valor de la entrega de aquellos que permanecieron solidarios en la hora del desastre.
  4. Después de la boda, de Susanne Bier. Esta película danesa realizada casi desde los postulados Dogma –lo que sigue demostrando el interés de esta propuesta nórdica- nos ofrece una trama dramática compleja y sorprendente.
  5. El buen nombre, de Mira Fair. Centrada en el personaje del joven Gogol, nos muestra a sus padres, Ashoke Ganguli –un hombre honesto y generoso- y Ashima, una cantante de música tradicional, que al casarse se trasladan a vivir a Nueva York.El esfuerzo de fidelidad a las tradiciones indias y de integración de los progenitores contrastará con el estilo más individualista, consumista y vacío espiritual del protagonista, que decide renunciar a su primer nombre como señal de autonomía y plena inserción occidental.
  6. Once, de John Carney. Una sencilla historia de amor más allá del simplismo rosa y que se difundió gracias al boca-oreja en los Estados Unidos, hasta conseguir alcanzar el éxito.
  7. Sin destino, de Lajos Koltai. Primer largometraje realizado por este director de fotografía húngaro, basado en la obra del premio Nóbel de Literatura Imre Kertész “Sin destino”. Con una mezcla de autorreferencia y distancia irónica se nos presenta la historia de año y medio de la vida de un adolescente en los campos de exterminio nazis.
  8. El final del espíritu, de Jim Hanon. Nuevamente, otra película en clave de testimonio. En este caso basada en el asesinato de cinco misioneros en plena selva ecuatoriana en 1956 y el proceso de reconciliación de su familia con la tribu Huaorani.Es un film con una factura sencilla, sin medios espectaculares y a pesar de tener un guión demasiado previsible, no cae nunca en el simple maniqueísmo.
  9. La boda de Tuya, de Wang Quan’an. Una película menor, pero llena de belleza y bondad, que recibió el Oso de Oro del último Festival de Berlín. Narra la fortaleza serena de Tuya, una joven que vive en los desiertos de Mongolia interior, cuyo esposo se ha quedado imposibilitado y que tiene a su cargo a dos hijos pequeños. Sus esfuerzos de supervivencia, sobre todo cuando un médico le indica que su espalda no resiste trabajar tan duro, parecen abocados al fracaso. Pero su marido le convence para que se divorcie de él y se pueda volver a casar.
  10.  Cuatro minutos, de Chris Kraus. Jenny es una joven presidiaria violenta pero inteligente que toca prodigiosamente el piano. Una anciana profesora pronto la tutela desde una severidad que cuadra bien con el carácter de la joven y que servirá para el acercamiento mutuo.La confianza en los dones de Dios y en el poder redentor de la belleza a través de la música plantea un proceso de reconstrucción de las diferentes historias que se ven conducidas hacia la liberación. Hay una confianza básica en que, por destrozado que esté un ser humano, siempre es posible la rehabilitación.

A mí la selección temática me ha gustado.

Únicamente he visto “La vida de los otros”, y os diré que es un auténtico peliculón.

Espero que todos disfrutemos con esta sugerencia, y si alguno se anima, ya comentaréis.

 

3 comentarios

Alfredo -

Aun leyendo la sinopsis, os confieso que no tenía ni idea de lo que iba a ver cuando he elegido El Buen Nombre.
Se trata de una película tan sorprendente como interesante.
¡Además de verdad!.
Estoy también de acuerdo con Dorota. La vida de los otros es una gran película.
A ver si ahora consigo ver Ordet.
Celebro esta iniciativa, porque a mi parecer se trata de un cine excelente.

Daniel -

He tenido ocsión de ver Once, de John Carney, y a mí me ha encantado.
Tiene la música y los sentimientos como argumento, y resulta realmente buena.
Os animo a verla. No me extraña que se haya difundido su interés "de boca a oreja". Un saludo

Dorota -

Aprovecho para recordaros esta intervención de Joaquim.

"Déjame que os recomiende una película danesa de 1955 muy ilustrativa para los temas que aquí se vienen tratando. La película presenta a la religión y la experiencia religiosa desde las diferentes maneras en que puede ser vivida y es un canto al amor y a la reconciliación desde la fe auténtica. De factura un pelín “antigua” para nuestros tiempos cinematográficos es realmente prodigiosa; se llama “Ordet” (La Palabra), de Carl Theodor Dreyer. Me parece que no os arrepentiréis".
Estoy de acuerdo con él: si la véis, no os arrepentiréis.