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::: Dorotatxu :::

EL "CARPE DIEM" DEL AMOR

Tras pasar una agradable tarde de amigos, pretendo mediante este artículo contestar a una serie de cuestiones que se plantearon, todas ellas relacionadas con las circunstancias y el supuesto amor existente entre en una pareja, uno de cuyos componentes (una mujer de 62 años a la que no puedo llamar señora puesto que un/una auténtic@ señor o señora, lo son precisamente por actuar correctamente, aún y valorándolas,  por encima de las circunstancias) defiende que la relación amorosa existe mientras existe (es decir "aquí y ahora"), mientras que el otro componente piensa (o mejor pensaba), que el amor es entrega, compromiso, generosidad, común-unión...

Como él realmente le ama, pese a mantener una escala de valores a lo largo de toda su vida, al parecer sólo por estar con ella renuncia en este momento a su concepto del amor, aceptando encuentros casuales, planteamientos de vidas independientes, y una supuesta "libertad" de cada cual de manera que dejan su permanencia como pareja a una opción libre de la voluntad.

 Me causa dolor esta actitud de ambos por lo que supone de empobrecimiento del amor, y aunque en el caso de ella resulta evidente una menor formación, me temo que la renuncia de él pasa por una momentánea inconsciencia y por su cesión ante un "impulso amoroso" que poco o nada tiene que ver con el verdadero amor.

 Lo que quisiera decirles a través de estas líneas, es que el "carpe diem" no existe en el amor, y que no existe sencillamente porque el amor es perenne.

Tampoco está condicionado por las circunstancias, puesto que la verdad, la bondad, la belleza y la tendencia a la común-unión del genuíno amor sencillamente nos transcienden, y es únicamente cuando participamos de esa unidad, verdad, bondad y belleza que nos trascienden, cuando lo que podemos sentir o ambicionar como personas es auténticamente amor

Déjenme ahora decir, que sólo se participa del genuíno amor amando, pero amando genuinamente.

No porque nos queramos en función de las circunstancias, sino porque sabemos que el verdadero amor existe,  y porque nos decidimos a participar voluntariamente amando, de un amor que nos trasciende y que es verdaderamente amor.

Pero mi querido amigo, ¿todo esto tú ya lo sabías, no? (me refiero, evidentemente, a la parte más débil ¿¿?? de la relación)...

Con cariño....

4 comentarios

dorota -

Tienes razón: el verdadero Amor es de naturaleza expansiva, por lo que no ha sino de compartirse. La idea de que en el Amor no somos sino párvulos con pretensiones es magnífica. Yo solía decir que éramos adolescentes, pero tu idea me gusta más.

Martika -

Si,estoy completamente de acuerdo...A veces sacrificamos el genuino amor,por hacer caso a nuestros miedos(a la soledad por ejemplo)por eldeso inmediato. Yo tenia idea de que el amor,era algo asi,como aceptar al otro tal cual era,dar sin esperar nada y poner todo por el todo. Pero me di cuenta,a base de caer del guindo,por cierto fue un guindo altisimo,que sin compartir no servia de nada. Creo que somos unos zoquete en este campo,somos niños de parvulos accediendo a la universidad,sin tan siquiera saber leer!!!

Chirri -

Sí. Algunos tampoco serán capaces de apreciar la armonía o la belleza, por ejemplo, de lo no conocido.

Desde aqui -

Una definición la de “amor verdadero” bastante restrictiva por otro lado.
Cabría pensar quizá en el altísimo porcentaje de la población que termina sus vidas sin acceder, ni aspirar a ese “nivel” de amor.
Teniendo en cuenta que el amor no parece ser un requisito indispensable para el matrimonio (es mi opinión, pero bastará con recordar cualquier boda de la realeza de los últimos siglos, para darse cuenta de que impedimento serio no es), quizá estemos hablando de una opción existente, al alcance de aquellas personas conocedoras y deseosas de tal, de manera equivalente al nivel de amor al que puede aspirar una monja de clausura, pero no excluyente de niveles intermedios de amor, increíblemente cariado en sus formulaciones.
Un saludo desde aquí