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::: Dorotatxu :::

SOBRE UNA SENTENCIA APARECIDA EN VALENCIA...

El artículo que pretendo comentar próximamente contando con vuestras intervenciones, apareció recientemente como una colaboración de D. Gabriel Mª Otalora en la publicación Noticias de Guipúzcoa y dice así: 

El derecho a apostatar y… 

“NO es un tema nuevo, pero ahora es cuando los tribunales han dictaminado el derecho a que una persona bautizada pueda exigir que, junto a su partida de bautismo, aparezca su renuncia a pertenecer a una comunidad católica. Entre nosotros, todo aquel que quiere borrarse de su pertenencia formal y oficial de los registros parroquiales, no tiene más que solicitarlo al párroco para que se tramite su petición en el obispado.No es el caso de otros lugares.

Por ejemplo, en Valencia, donde el arzobispo (desde hace unas fechas ascendido a cardenal) ha puesto pegas a la cancelación de la inscripción bautismal de un apóstata. El tribunal le ha dado la razón al particular que, en definitiva, es quien tiene derecho a disponer de sus datos personales incluyendo en el lote borrarse del Libro de Bautismos para que no figure en las estadísticas como católico.

Como el cardenal García Gasco, los que tienen su  misma mentalidad estadística de sobrevalorar la importancia de la militancia formal, numérica, están nerviosos ante una posible cascada de peticiones similares que muestran el cabreo supino de los peticionarios con la institución eclesial. No parece que algunos jerarcas eclesiásticos dediquen tiempo para reflexionar sobre la razón de semejante cabreo; tampoco sobre la desconexión material, de fondo, de muchísimos más que pasan olímpicamente de cualquier militancia religiosa real sin beligerancia alguna, en silencio.

Los indiferentes son muchos más que los otros, y todo apunta a una tendencia al alza.¿Dónde queda la importancia de mostrar, con hechos, la esencia del Evangelio para que su mensaje cautive a tantísimos indiferentes y a los rebotados con la Iglesia?

Soy católico y me gustaría que la fórmula “católico practicante” estuviese estrechamente asociada  con la vivencia del ejemplo evangélico, en lugar de estarlo con el precepto dominical de la misa, como si este acto aislado justificase una práctica religiosa comprometida, real. Lo contrario es desvirtuar la esencia de la misa, a la que asisto y participo bastantes más días que los domingos. Antes o después, las inconsecuencias elevadas a práctica bendita acaban desembocando en indiferencia y piedra de escándalo.

La apostasía que reniega de un registro no es peor que emborronar la esencia del Evangelio. Jesucristo se centró en la compasión, en la liberación, en la acogida, en el perdón… actitudes que llamamos Buena Noticia. Una invitación de vida, sana y solidaria, muy diferente a lo que destacados profesionales de la religión están transmitiendo de manera lamentable con sus actuaciones de poder y condenas que evidencian un estilo contrario a la parábola del Padre (conocida popularmente como la del Hijo pródigo)

No es la primera vez que incido en estos temas, porque nuestro tiempo reclama renovación en lugar de encasillamiento: salir al encuentro, escucha y mano tendida, en lugar de condenas indiscriminadas pero cuidando de mirar para otro lado ante ciertas injusticias del poderoso. Si lo esencial está en crisis, ¿de qué nos sirve aferrarnos a todo lo demás?Afortunadamente, aun quedan profetas como José Antonio Pagola que saben iluminar nuestra existencia poniendo el acento en lo prioritario, sobre lo que debería ser absolutamente prioritario: la compasión por encima de todo. “La misericordia y no la santidad es lo que hemos de imitar de Dios. Porque Jesucristo no niega la “santidad” de Dios, pero lo que cualifica esa santidad es su amor compasivo que, a la postre, configuró su vida.

Estamos confundiendo la adhesión a la fe cristiana con la defensa de una herencia religiosa multisecular. Cuando uno se confía a la misericordia de Dios, se sitúa en una religión donde caben todos.

Para Jesús, la mejor metáfora de Dios es la compasión hacia un herido. Jesús no acepta que la mujer sea considerada a la ligera como fuente de tentación y ocasión de pecado para el hombre. En contra de la tendencia general nunca previene a los varones de las artes seductoras de las mujeres, sino que les alerta sobre su propia lujuria y pone el acento en la responsabilidad de los hombres. Lo decisivo es el amor… Son reflexiones de José Antonio Pagola recogidas en su último libro sobre la aproximación histórica de Jesús (PPC), que nos alertan del deslizamiento de algunas prácticas que no reconocen al Jesús del Evangelio.

Por tanto, no hay que rasgarse los capisayos ante el florecimiento de la apostasía, sino ante la falta de humildad para aceptar que la imagen y el verdadero mensaje de Cristo, o son reconocibles por la inconsecuencia de los cristianos.

¿Han pensado algunos miembros de la jerarquía que buena parte de las parábolas podrían tenerles a ellos como destinatarios directos? Hay que empezar por el principio, y en esta obviedad estamos” 

Interesante, ¿verdad?...

… aunque tal vez haya algo que aportar…

2 comentarios

Joaquim -

Personalmente lo de la apostasía no lo entiendo mucho. En el mundo civilizado las personas maduras y educadas no suelen ir por ahí diciendo: yo tengo tal creencia o tal otra. Nadie se entera de las ideas religiosas de los otros a no ser que se entable una comunicación más íntima o te topes con el pesado de turno que te da la charla aunque no quieras. Pero eso no es lo habitual. Tampoco creo que los archivos diocesanos sean examinados por nadie para saber quien fue bautizado y quien no. Es decir, no hace falta borrarse de nada para dejar de ser católico. Con dejar de ir a misa basta. No es lo mismo que con Hacienda, pues el borrarse de ahí sí tendría claros efectos beneficiosos, especialmente para el propio bolsillo. Pero de ahí no te cursan la baja ni de broma. Lo de la apostasía es una pose de los tiempos, reflejo de la apostasía que la sociedad en general ha efectuado de unas determinadas ideas o creencias. Pero a mi modo de ver la apostasía como rechazo a una institución se queda en lo más epidérmico y circunstancial. Estoy muy de acuerdo con el contenido del post en que el rechazo apóstata se explicita no frente a las ideas de fondo del cristianismo sino frente a las que emanan de una Iglesia legalista y sacramental que ha olvidado la puesta en práctica del legado del que dice ser propietaria o que es incapaz de transmitir otra imagen. Y mientras tanto, con la tontería, podemos acabar cargándonos una tradición espiritual riquísima.

Por otra parte, por lo que yo sé, nadie se puede borrar de ningún archivo, sino que lo que se otorga al interesado es un derecho de acceso para rectificar aquellos datos propios que se encuentran en manos ajenas. Es parecido a lo que ocurre con las separaciones y divorcios: la inscripción del matrimonio permanece siempre pero declarada la separación o el divorcio únicamente se añade una anotación marginal para dejar constancia de dicha realidad. Es decir, a lo que uno puede aspirar no es a borrar la inscripción de bautismo del archivo diocesano sino a que al margen de dicha inscripción conste la declaración de apostasía. No sé si el viaje requiere de tantas alforjas.

Zoe -

A veces en vez de iglesia parece un club social.