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::: Dorotatxu :::

LA PRETENSIÓN DE RUZOWITZKY

Reproduzco en esta ocasión una entrevista con Stefan Ruzowitzky, guionista y director de LOS FALSIFICADORES, una película que aún está en cartelera y que acabo recientemente de ver. Según sus propias palabras, Ruzowitzky pretende que los espectadores nos cuestionemos cómo nos hubiéramos comportado en una situación como la que él plantea, y esto realmente es lo que me ha hecho pensar. 

Lo que a modo de tryler el entrevistado nos dice sobre su obra es lo siguiente: 

"Los Falsificadores nos muestra un capítulo algo fuera de lo común de la época nazi. ¿A qué dificultades se enfrentó Ud. durante la realización?

Es evidente que no queríamos rebajar el holocausto a una suerte de "daño colateral". No me habría atrevido a presentar el horror cotidiano en un campo de concentración. Me dije a mí mismo: "Eso es algo que no se puede filmar". Pero sí me interesó contar "otra historia", la historia de un grotesco enclave en medio de un campo de concentración. En todo caso, siempre tuve muy claro que la película sería altamente política. Por eso mismo, intentamos no exagerar nada. La mesa de ping-pong, por ejemplo y otros muchos detalles más son auténticos. Ningún guionista se habría atrevido a inventar algo así. Los productores reaccionaron positivamente frente a esta autenticidad.

¿Se puede decir que ha llegado el tiempo para las "aves exóticas" (como decimos en alemán) que también hubo durante el nacionalsocialista?

Por respeto a las víctimas, hay mucho que no se ha podido mostrar hasta ahora. Pero, la generación de los culpables y la de las víctimas se extingue. Hoy, el público cinematográfico se compone más bien de la generación de sus nietos. Esto abre nuevas formas de acceder a este intento de superación de la aflicción, de superación del horror de lo ocurrido.

A través de la película, ¿pudo Ud. llegar a entender mejor este tiempo?

Sí, sabíamos que nos movíamos en una piscina llena de tiburones, de fuertes emociones. Para no "meter la pata", tuvimos que investigar minuciosamente. Por ello, recomendé a los artistas, una y otra vez, leer mucho acerca de este tiempo.

¿Son auténticos los aspectos de comedia de la película?

En este sentido, nos ayudó mucho el hecho que Veit Stübner –que interpreta a "Atze"– venga de la RDA y haya estado en una cárcel del SED (Partido único de la República democrática alemana). Veit nos explicó que “en una situación así, es habitual que se cuente chistes”. Pienso además -aunque en otro nivel- lo que ocurre en “One Day in the Life of Ivan Denisovich” ("Ein Tag im Leben des Iwan Denissowitsch"). Al final del “día“, el protagonista puede decir que ha tenido, en cierta forma, suerte, pues ha encontrado algo de comer y ha sobrevivido esa jornada.

De la autenticidad, se preocupó también el nonagenario Adolf Burger.

Sin duda, fue muy emotivo que los últimos sobrevivientes, Adolf Burger y Jack Plappler hayan visitado el set. En realidad, el auténtico Burger era mucho más radical que el que se presenta en la película. En “Die Fälscher“, Burger no es él la figura principal, sino Sorowitsch, un falsificador “de profesión”, pero me fascinó su figura. Él tenía ya “experiencia en prisión”, como quedó de manifiesto en una escena de la cinta. Sorowitsch o Salomon Smolianoff, como se llamaba en realidad, era todo lo contrario a los intelectuales burgueses por quienes estaba rodeado. Después de la Guerra llamó la atención en Argentina por descubrir la existencia de obras de "antiguos maestros" de la pintura.

En su película, se enfrentan dos posiciones que tienen una cierta legitimación moral.

Sí, espero que los espectadores se pregunten: ¿cómo me habría comportado yo en una situación así? Salomon Sorowitsch tiene razón. Pero, Adolf Burger también la tiene. Todos están en la razón. De manera que no está claro quién se comporta correctamente. En el fondo, este es el tema de la película. Los sobrevivientes de la “Operation Bernhard“  no están de acuerdo sobre si el oficial de la SS que la comandó, fue un criminal -porque permitió que mataran a seis de los falsificadores- o tal vez, y pese a todo, un héroe, porque salvó la vida de los demás.

¿Es un "happy end" apropiado para la película?

El "happy end" definitivo está más bien al comienzo de la historia. Vemos a un sobreviviente con los bolsillos llenos de dinero y una hermosa mujer en los brazos, en la Cote d‘Azur. Entonces, este sobreviviente se plantea la cuestión: "¿Hice algo malo"? ¿Fracasé moralmente?" De ello se trata precisamente toda la película.””

En mi corto criterio, os diré que se trata de una película muy interesante, pero ya sabéis que no es exactamente de cine de lo que pretendo hablaros, sino –en esta ocasión- de la reflexión que me ha sugerido su visualización.

De momento, os doy ocasión de que vosotros también la veáis, y en un artículo posterior (LAS CÁRCELES DEL ALMA se llamará) trataremos de analizar el modo en que se llega a determinadas situaciones que mantienen al alma humana presa de sí misma, pese a tenerse los bolsillos llenos de dinero, o a disfrutar de una inmejorable compañía en la Costa Azul.

Quizá no sea exactamente a lo que se refiere Ruzowitzky en su planteamiento,

... pero acaso sí…

9 comentarios

Martika -

Estoy de acuerdo el Hola,hay q plantearselo todos los dias

Dorota -

Pues adelante, Hola, pero -si te parece- dale forma de preguntas, ¿si?...

Hola -

Lo que nos podemos divertir hablando de "objetivamente" o "en todo caso sería incorrecto"...

Dorota -

Nos es completamente imposible situarnos en las circunstancias y en la conciencia de otras personas, querido Hola.
Pensemos que siempre optan por una razón de bien, aunque aquella razón de bien no tenga por qué serlo objetivamente.
Por ejemplo, y aunque es cierto que en base a una acumulación de actos nos convertimos en lo que somos, el hecho de que en unas circunstancias que ni me imagino pudiéramos llegar a convertirnos en torturadores, en ningún caso daría a la tortura una razón de bondad, por lo que nuestro comportamiento en todo caso sería incorrecto.

Hola -

Viendo las noticias se me ocurren situaciones similares (en su medida), como los monjes tibetanos, capaces de dar leña por un país (cuestión terrenal donde las haya)... o los periódicos, ayer mismo en algún semanal un psiquiatra explicaba como cualquiera puede convertirse en torturador, si se dan las circunstancias adecuadas…
Veremos el artículo.

Dorota -

¡Qué alegría leerte, Hola!...
Espero contar contigo también en mi próximo artículo.
Más que sobre que el fin justifique o no los medios, hablaremos de lo que de malquerencia tienen una u otra de las opciones.

Hola -

Bueno, solo decir que tambien he visto la película. no está mal, pero tampoco es para tirar cohetes...

Preguntando:
"¿cómo me habría comportado yo en una situación así? Salomon Sorowitsch tiene razón. Pero, Adolf Burger también la tiene." "el sobreviviente se plantea la cuestión: "¿Hice algo malo"? ¿Fracasé moralmente?"

en realidad nos enfrentamos diariamente a esas cuestiones, no tan alejadas del eterno "el fin justifica los medios?", no?

Saludos a todo el mundo...

Daniel -

Yo si la he visto, y pese a que había leído lo contrario, no me parece para nada una película ambigua y sí muy interesante.
Veremos a ver lo que tienes que decirnos antes de opinar.

Almu -

Él título es muy sugerente.
Esperemos a ver lo que nos tienes que decir. Yo la peli todavía no la he visto pero lo que es el artículo promete. Ya te diré lo que me ha parecido