Blogia
::: Dorotatxu :::

DEFENSA NECESARIA ANTE LAS IDEOLOGÍAS Y EL RELATIVISMO

Ayer mismo Benedicto XVI ha hecho un llamamiento a todas las conciencias para redescubrir en la ley natural el fundamento de la convivencia democrática y evitar así que el humor de la mayorías o de los más fuertes se conviertan en el criterio del bien o del mal.

La ley natural es, según explicó el Papa, esa «norma escrita por el Creador en el corazón del hombre» que le permite distinguir el bien del mal. Ahora bien, reconoció, «en muchos pensadores parece dominar hoy una concepción positivista del derecho. Según ellos, la humanidad, o la sociedad, o de hecho la mayoría de los ciudadanos se convierte en la fuente última de la ley civil».

«El problema que se plantea no es por tanto la búsqueda del bien, sino la del poder, o más bien, la del equilibrio de poderes». 

«En la raíz de esta tendencia se encuentra el relativismo ético, en el que algunos ven incluso una de las condiciones principales de la democracia, pues el relativismo garantizaría la tolerancia y el respeto recíproco de las personas", afirmó.

Pero si fuera así, siguió advirtiendo, «la mayoría de un momento se convertiría en la última fuente del derecho».

«La historia demuestra con gran claridad que las mayorías pueden equivocarse --alertó--. La verdadera racionalidad no queda garantizada por el consenso de una mayoría, sino sólo por la transparencia de la razón humana ante la Razón creadora y por la escucha de esta Fuente de nuestra racionalidad».

Cuando están en juego «las exigencias fundamentales de la dignidad de la persona humana, de su vida, de la institución familiar, de la justicia del ordenamiento social, es decir, los derechos fundamentales del hombre, ninguna ley hecha por los hombres puede trastocar la norma escrita por el Creador en el corazón del hombre, sin que la sociedad quede golpeada dramáticamente en lo que const ituye su fundamento irrenunciable», aclaró.

«La ley natural se convierte de este modo en garantía ofrecida a cada quien para vivir libremente y ser respetado en su dignidad, quedando al reparo de toda manipulación ideológica y de todo arbitrio o abuso del más fuerte».

«Nadie puede sustraerse a esta exigencia -siguió advirtiendo el Papa-. Si por un trágico oscurecimiento de la conciencia colectiva el escepticismo y el relativismo ético llegaran a cancelar los principios fundamentales de la ley moral natural, el mismo ordenamiento democrático quedaría radicalmente herido en sus fundamentos».

«Contra este oscurecimiento, que es la crisis de la civilización humana, antes incluso que cristiana, es necesario movilizar a todas las conciencias de los hombres de buena voluntad, laicos o pertenecientes a religiones diferentes al cristianismo, para que juntos y de manera concreta se comprometan a crear, en la cultura y en la sociedad civil y política, las condiciones necesarias para una plena conciencia del valor innegable de la ley moral natural».

«Del respeto de ésta depende de hecho el avance de los individuos y de la sociedad en el camino del auténtico progreso, en conformidad con la recta razón, que es participación en la Razón eterna de Dios», concluyó el Papa.

Cuesta mucho no estar de acuerdo con estas palabras, ¿no creéis?, sobre todo si se considera a la familia humana como una comunidad en la que el Amor de Dios se comparte, sea cual sea su status jurídico ...

16 comentarios

Gorka -

Dorota un complemento a lo que dije ayer sobre el relativismo, te envío este comentario que me hacía un gran amigo, con motivo de esa correinte de quitar la Religión en la Educación:
"hay una cosa que me ha enseñado la parisina, desde su
experiencia económicopolítica americana: es que nuestro lenguaje de personas
razonables o científicas no sirve para los políticos. La política es la
forma civilizada de hacer la guerra. Y, como en toda guerra, se usan armas.
Cuando nosotros razonamos, usamos razones: no armas. Las armas hacen daño;
las razones no. Por eso los políticos temen las armas de la política y no
las razones de la gente razonable, humanitaria o científica. Las armas que
usan los políticos es todo aquello que puede destruir al adversario
político. Y en las democracias, las armas que destruyen a los políticos son
dos: los errores políticos y la opinión pública. Más la opinión pública que
los errores; porque, al fin y al cabo, éstos no los destruyen si permanecen
ocultos y no saltan a la opinión pública. Pues bien: lo que le digo a Aníbal
es que debe utilizar las armas de la opinión pública. Todo lo que avergüence
públicamente a un político es un arma que le está destruyendo. Por eso, lo
que hay que hacer con estos mandangosos que no saben donde tienen la mano
derecha es ponerlos públicamente en ridículo. Un ministro de educación (o
quien sea) que se propone crear "asignaturas para el descanso" es un
perfecto ignorante: y habría que movilizar a la Universidad para que saltara
a la opinión pública a decir lo estúpido que es un ministro así. Otro
disparo a la línea de flotación de un político de este calibre: mostrar
públicamente que está pretendiendo ELIMINAR la enseñanza de la religión de
la escuela. Y hacer que pague por ello un precio político, ante una sociedad
como la panameña y, sobre todo, ante sus fuerzas vivas... Cuando le digo a
Aníbal que los obispos no le dirán estas cosas, es porque los obispos
hablarán como gente razonable, y opondrán argumentos racionales a los hechos
consumados de los políticos: no están acostumbrados a manejar las armas de
los políticos (votos y opinión pública), que es el único lenguaje que
atienden, y a quien habla de ello es al único interlocutor que respetan...
¿Dorota , al relativismo,se le puede tener miedo, si uno tiene los dos pies bien fijos en la tierra?

dorota -

Querido Gorka:
No sabes qué acertado encuentro tu comentario...

Es un poco lo que le decía a Almu: todo lo que nosotros hacemos es lo relativo, y la política por tanto lo es.

Tanto el fascismo como la democracia no dejan de ser posturas del alma, situaciones previas que todos adoptamos por una razón de bien.
El tema es que cuando tienen su plasmación pasan a ser relativas, es decir, interpretables y susceptibles de manipulación.

Por supuesto que no digo que el fascismo sea algo positivo a la vista de sus resultados, pero en esta como en otras teorías y en cuanto que teorías, seguro que encontramos formulaciones positivas capaces de generar el origen de una actuación.

dorota -

Mi querida Almu...

... ¿pero cómo no había de contestar?...

Con sumo agrado te doy la bienvenida a "ésta nuestra comunidad". Me encanta además que os incorporéis gente con tanto criterio.

Estoy totalmente de acuerdo contigo: pretender ser ejemplo de nada por nosotros mismos es un error y, como tal error, acarrea malos resultados.

Espero que nos estemos dando cuenta entre todos de algo: de que mientras opinamos, en última instancia todos lo estamos haciendo sobre algo que es Absoluto, pero que son nuestras distintas miradas, el cómo lo proyectamos, lo que hace que lo relativicemos...

En cuanto a esa persona que conoces que mantiene que vió un ovni, ¿puedes aportarnos el dato de si es además un creyente?...
Es que, hablando de las estadísticas que dice Joaquim no son relativas, ésto demostraría de nuevo que lo único "objeto"vizado es el dato, pero que dentro de esos porcentajes hay personas con diferentes vivencias, situación ésta que transciende al dato mismo (es un poco por seguir con la polémica, claro...).

Lo que sí te digo de verdad, es que vosotros (los que opináis) sois una parte sustancial de esta interlocución, por lo que no solo os agradezco vuestras intervenciones, sino que estoy encantada con que lo hagáis.

Un saludo, y escribe pronto, ¿vale?

gorka -

Lo que pongo a continuación es dentro del espíritu de si no tenemos "educación y respeto" en relación a lo que otros piensan, no somos personas humanas.
Podemos ser muy definidos en nuestros puntos claves y respetar el relativismo, por ejemplo en política.

almu -

Vale. Acepto tu ofrecimiento y veremos a ver si me contesta a mí.
Yo creo que aunque el mensaje de Jesús es claro, los cristianos hemos perdido credibilidad.
Que no somos conscientes de los valores de los que somos depositarios, y que nos empeñamos en que se fijen en nosotros como si pudiéramos ser ejemplo de algo y no en ellos.
Por lo tanto, esa es otra "mirada relativista" que tiene la sociedad respecto al mensaje, o eso es lo que pienso yo.

Joaquim -

Jolín Almu, pero es que me dejáis a Dorota para mí sólo y, claro, aprovecho. Entrad, opinad, ampliad el debate y veréis como acabo ocupando menos espacio. Si de lo que se trata es de debatir ideas, nada más.

Almu -

Es verdad. Parece que a los cristianos no se nos vea, que habría que reinventarnos.
Si tanto nos temen como grupo de presión, quizá habríamos de coexionarnos para contrarrestar todo lo que dice Joaquim.
En cuanto a lo que dices de porcentajes de quienes creen en uno u otro asunto extrasensorial, te diré que conozco una persona aproximadamente de sesenta años a quien le cambió la vida la visión de un ovni, y la cuestión es que no es un descerebrado.

dorota -

Es que yo no creo que Benedicto XVI esté hablando del relativismo en occidente, sino del riesgo de relativizar, bien con nuestras opiniones, bien con nuestros acuerdos, una realidad preexistente y a su manera normada por la Ley Natural.

Pero si de relativismo en la sociedad occidental hablamos, yo creo que el principal origen del desenfoque está en que pensamos que todo es según nuestro cristal: que no reconocemos o que ni siquiera podemos ver el alcance de esa Ley Natural de la que el Papa habla.

Tal vez, aunque la Luz brille sobre nosotros, acaso nos falte la voluntad de admitirla en nuestro corazón.

Somos demasiado vanidosos...

Joaquim -

Cierto, tenemos un campo infinito por recorrer, pero la cuestión era la del relativismo ético de Occidente y en ese sentido, después de este largo diálogo, creo que no hemos encontrado aún un argumento de peso que le dé la razón a B16.

Saludos fraternos.

dorota -

Me he quedado a disgusto con mi comentario anterior, Joaquim.
La cuestión es, que mientras venía conduciendo se me ha ocurrido que mi sentimiento con respecto a la Iglesia, es el que tienen los seguidores del Barsa (perdona, pero es que en mi ordenador no encuentro la c con cedilla) para con su equipo cuando dicen que "el Barsa es más".
Una vez sentado mi sentir, me gustaría decir que nosotros también pecamos de relativistas cuando damos por buenos determinados comportamientos como cristianos...
Que somos "relativamente cristianos"
a) Cuando no somos agradecidos
b) Cuando no somos generosos
c) Cuando no nos compartimos
d) Cuando miramos a los demás por encima del hombro.
e) Cuando no hacemos agradable la vida a los demás
f) Cuando nos motiva la envidia
g) Cuando no oramos
h) Cuando no confiamos en la Providencia
i) Cuando no estamos alegres...
La cuestión es que la opción por Cristo no es susceptible de relativización, por lo que tanto individual como colectivamente tendríamos campo para mejorar, ¿no creéis?...

dorota -

Déjame contribuir a tu lista con algo que a mí me enerva especialmente: el comportamiento de aquellos que mienten, de aquellos que en función de sus intereses manipulan la verdad.

Yo creo que la democracia no sólo es un logro social, sino que es un valor en sí misma.

La cuestión es que a la hora de plasmarse acuerdos que mediante ella se logran, juegan una serie de mecanismos que, convenientemente manipulados, pueden dar lugar a situaciones y a comportamientos intrínsecamente inconvenientes para la sociedad.

Algunos efectos de esa manipulación, unidos a una cierta permisividad y posiblemente a una mezcla de electoralismo e ignorancia son los ejemplos que con tanta visión propones.

Hay en tu intervención tres frases cruciales: Una es “que sólo la mirada compasiva entre los seres humanos, en línea con lo que nos enseñó Jesús, puede salvarnos”, otra que “es fundamental un compromiso ético y responsable de los cristianos con el mundo en que vivimos”, y la tercera que “la posibilidad de vivir como auténticos cristianos queda muy limitada a la creación de un marco social y económico estructurado y justo”, por lo que hemos de defender cuanto en este sentido hemos conseguido frente a aquellos que quisieran hacerlo desaparecer.

Pero “este marco social y económico estructurado y justo” no es algo por cuanto que conseguido estático (supuesto que lo hubiéramos alcanzado), sino que está en continua evolución.
Por ello es necesario que estemos alertas ante lo que yo denuncio como manipulaciones de la verdad por parte de algunos sectores, puesto que como aquellos criterios que calan en la sociedad serán después los que originen su conducta, y como además es por los efectos de nuestros actos como los seres humanos nos realizamos y relacionamos, sucede en resumidas cuentas que los que como sociedad se acepten como valores, van a repercutir directamente en la realidad individual y colectiva de sus componentes, por lo que, como decía Benedicto XVI, es absolutamente necesario que velemos por su adecuación con la Ley Natural.

Por cierto, ayer me puse muy chulita con él y con cualquier otro pensador (debí decir o pensadora) que pretendiera rebatir una mi determinada afirmación.

Permitidme poner un ejemplo que también sugiero como susceptible de provocar vuestra intervención:
… ¿Alguien cree que Manolita Chen, una persona transexual y creyente de Barcelona que tiene adoptados 6 niñ@s con síndrome de Down, que es capaz no sólo de hablarles con amor y a su medida de Dios, sino de hacer realidad el Amor de Dios para con ellos, y esos niñ@s que también a su medida no harán sino responder a su misma manera, no son una verdadera familia cristiana?...

Joaquim -

Voy a procurar no ser relativo: estoy convencido de que sólo la mirada compasiva entre los seres humanos, en línea con lo que nos enseñó Jesús, puede salvarnos. Que es fundamental un compromiso ético y responsable de los cristianos con el mundo en que vivimos. También de los agnósticos y de los ateos claro, pero los creyentes deben de ser los primeros en dar visibilidad a ese compromiso (creo que aquí no discrepamos).

Dicho esto, tengo que repetir que las palabras del Papa me parecen poco más que eso. ¿En qué somos relativos? ¿Qué es lo que, especialmente en Occidente, relativizamos? Hagamos una lista entre todos los amigos del blog. Yo puedo hacer alguna propuesta (no muchas, claro): 1. Algo que me enerva es la presentación de la pornografía más sucia como algo simplemente lúdico y a sus artistas como estrellas a las que imitar; 2. Me enerva que en los medios no haya una oferta exigente y que se presenten como elevados contenidos que no valen absolutamente nada; 3. En línea con lo anterior, que en prácticamente todos los medios serios se otorgue la voz a estafadores de medio pelo como son los astrólogos, tarotistas, ufólogos y demás vendedores de humo (demos nombres: “Cuarto Milenio”); 4. Aunque a alguno le pueda sorprender, también me molesta la sonrisa condescendiente con que se trata todo lo relacionado con la Iglesia; 5. La indiferencia frente a la soledad de nuestros vecinos; 6. La mitificación del trabajo y del dinero. ¿Qué más?

Dice el Papa: “Si por un trágico oscurecimiento de la conciencia colectiva el escepticismo y el relativismo ético llegaran a cancelar los principios fundamentales de la ley moral natural, el mismo ordenamiento democrático quedaría radicalmente herido en sus fundamentos”. Vale, estamos de acuerdo, aún nos acordamos de la Alemania Nazi. ¿Alguien piensa que estemos en una situación en algo parecida?

Repito que estamos viviendo una época razonablemente buena, mejorable, pero infinitamente mejor que la que vivieron no hace muchos años nuestros inmediatos antepasados. Tanto es así, que la mitad del mundo quiere trasladarse a vivir aquí. Será que no se está tan mal y, sobretodo, que los derechos de las personas son respetados, obligación que hemos incluido en las grandes constituciones de los países avanzados. Como estamos acostumbrados a ello parece que se nos olvida, pero es una novedad en la historia de la humanidad. Y me duele decirlo pero la Iglesia ha tenido un papel de comparsa en este proceso, pues durante demasiado tiempo ha relativizado los derechos humanos en favor de… otros conceptos más elevados.

Mira, retomando mi afirmación inicial, no me cabe tampoco ninguna duda de que la posibilidad de vivir como auténticos cristianos queda muy limitada a la creación de un marco social y económico estructurado y justo, pues otro principio que rige el comportamiento humano, desgraciadamente, es el de la supervivencia y, por tanto, debemos reforzar y defender “cueste lo que cueste” nuestra democracia y nuestros valores frente a los resentidos que les gustaría verlos desaparecer. Nos va todo en ello, no sea que este principio algún día rija nuestras vidas. Siempre hay un Arkan, un Mengele, un Felicien Kabuga dispuesto a someter a sus semejantes. Espero que frente a esto, incluso seamos capaces de eliminar la miseria de todo orden que campea por el mundo.

En fin, la lista propuesta está abierta; a ver si nuestra realidad es de verdad tan apokalíptica como algunos piensan.

dorota -

Yo creo que Benedicto XVI hace una reflexión sobre la Ley Natural, al igual que Filón de Alejandria, y que Ésta no es sino la manifestación velada del orden que reina en el universo (el Logos).

Conforme a Ella, todo tiene una razón de bien, pero esa razón de bien (es lo que viene a decir el Papa) no se lo da una norma por muy consensuada que esta sea, sino al revés. No es algo relativo, y conocerás este argumento porque creo que este planteamiento constituye el objeto propio de la asignatura de Derecho Natural en primero de carera, ¿no es así?...

La cuestión es que los seres humanos podemos juzgar sobre esa razón de bien y sobre su conveniencia para nosotros mismos, pero como sucede que sin ciencia no hay conciencia, el Papa alerta sobre lo que supondría un oscurecimiento de nuestra concepción motivado por la relativización de algo que no es relativo.
Mira: el Papa es un teólogo; no es un legislador ni un político y desde luego no es tonto. Los valores de los que él habla (el derecho a la vida, a la integridad, a la libertad de pensamiento, a poderlo expresar o a constituir asociaciones de los seres humanos) pueden tener su expresión de uno u otro modo en el ordenamiento jurídico, y lo que Benedicto XVI preconiza, a mi entender, es que sea cual sea éste, velemos porque el mismo se adecúe a esa Ley Natural y no escrita que, como decíamos al principio, rige todo el universo.

A mí también me encantaría saber lo que opina de la cuñita que me he permitido incorporar al final de su artículo, pero estoy segura de que llegaríamos a hablar, porque una cosa es el personaje llamado a conducir a la cristiandad (a lo cual contribuyen los grandes discursos), y otra cosa es el ser humano que, entre otras cosas, sabe perfectamente lo que ocurre en la sociedad, incluyendo la propia.

Mira si no el contenido de un artículo que apareció en la revista electrónica Zenit hace una temporada (una revista que ofrece una mirada al mundo "desde Roma")y que a mí me sirvió de base para argmentar el primero de mis artículos (LUZ PARA HOMOSEXUALES Y LESBIANAS) que te sugiero leas si aún no lo has hecho.
Como yo también tengo una imaginación fuera de toda disciplina (como diría C.S. Lewis), habitualmente hago extensivos los argumentos hasta donde me alcanza la razón, y eso es lo que me lleva a determinadas formulaciones. Me temo que de eso soy culpable. Pero créeme que no tendría miedo a confronar mi criterio de familia con Benedicto XVI ni con cualquier otro pensador, porque yo creo que efectiamente la familia es un bien que no es relativo. Que aunque nos empeñemos en acomodarla como concepto a nuestros intereses, tiene por ella misma un valor (su propia razón de bien) sobre el que con espíritu conciliador y aperturista podríamos todos converger.
¿Estás de acuerdo?

Joaquim -

Todo esto es muy relativo.

Las palabras del Papa están bien. La complicación surge cuando pasamos de los grandes conceptos a su aplicación práctica. ¿Y puede alguien negar que ya hemos dado el paso en nuestra civilización hacia la aplicación práctica del bien? Hemos abolido la esclavitud, hemos abolido el trabajo de los niños, establecido la obligatoriedad de su escolarización, hemos incorporado a la vida activa a la mitad femenina de la población, vamos en camino de consolidar la igualdad entre hombres y mujeres, hemos eliminado el delito de opinión, la pena de muerte, tenemos sanidad universalizada, pensiones para nuestros mayores, etc. ¿Dónde está el relativismo? ¿En reconocer que la realidad es dinámica y cambiante y la sociedad tiene que ir adaptándose a las nuevas necesidades? No nos engañemos, lo que pretende el Papa en el fondo es que nos adhiramos incondicional y acríticamente a su oferta religiosa.

Mirad qué decía Filón de Alejandría a propósito de la ley mosaica (el Pentateuco): “Conviene saber, en efecto, que el mundo se halla en armonía con las Leyes, y las Leyes con el mundo. A raíz de esta armonía, el hombre que observa la Ley es ciudadano del mundo, conformando su conducta con la voluntad de la naturaleza, en la cual se fundamenta la organización del universo entero”.

Es decir, la Torah era la ley natural. Con lo que la pregunta que inmediatamente surge es si la ley natural es relativa. Pero claro, y volviendo al presente, concretar, sin quedarse en el gran trazo, lo que es la ley natural es imposible si no se relativiza, porque cada tiempo y cada lugar es diferente.

Algo que no es relativo: Dos de cada cinco jóvenes españoles creen abiertamente en los OVNIs y un porcentaje similar, en la astrología. En el último estudio de percepción social de la Ciencia realizado por el Ministerio, se consideraba a esta superchería tan científica como la Estadística. Un 65% de los españoles creen que hay más nacimientos con Luna llena. En EE.UU. el 20% de la población afirma que el hombre nunca llegó a la Luna, por no hablar de los millones que creen que la Tierra es plana, que es el Sol el que gira alrededor de nuestro planeta o que el mundo tiene sólo 6.000 años de antigüedad. Es decir, a menudo se niega que las cosas sean relativas cuando afectan a meras creencias y se predica el relativismo de aquello de lo que podemos obtener certezas. El mundo al revés.

Demos a los hombres y a las mujeres las herramientas necesarias para formarse una idea lo más aproximada posible de las cosas para que no queden indefensos ante el pensamiento religioso, mágico y pseudocietífico que los ha subyugado desde la noche de los tiempos y nos habremos inoculado sólidos anticuerpos frente a la amenaza que tan vagamente formula B16 (y no igualo el pensamiento religioso al pensamiento débil sino en cuanto nos deja indefensos ante su dominación arbitraria).

Entonces… ¿qué es lo que quiere el Papa? No dice nada que no sepamos. Que el gobierno de la mayoría puede convertirse en tiranía ya lo sabemos. Parece que el Papa se haya caído de la higuera, en traducción literal de un dicho de mi tierra. La democracia también es la defensa de los derechos de las minorías; en eso estamos, en el toma y daca constante. Ah, pregúntale cuando puedas al Papa en relación a tu última afirmación, con la que estoy de acuerdo, si el concepto de familia es relativo.

dorota -

Pues porque si no no tendrían cabida todos los tipos de familia que se dan en la actualidad, ni tampoco podríamos hablar de la hermandad de los cristianos o de la paternidad espiritual de nadie, ¿no crees?

gorka -

¿Y por qué incluyes en negrilla lo de que "sobre todo si se considera a la familia humana como una comunidad en la que el Amor de Dios se comparte sea cual sea su status jurídico?