Vamos a saber un poquito más de cuanto le contaba la abuela a su nietita. Ella quería saber por qué su amama sabía todas esas cosas, y esto es lo que la abuela le contesta…
o ¡Amama¡...
Dime, Dorotatxu...
o ¿Y tú lo sabes todo sobre el Señor Dios?
¡Desde luego que no, chiquitina!...
o ¿Y qué no sabes?...
Pues, por ejemplo...
... no sé cómo, de entre todos los niños del mundo, me han ido a tocar precisamente a mí los más maravillosos...
o ¡Eso lo se yo, amama¡...
¡¿Qué tú lo sabes?!
o … Será porque el Señor Dios es muy bueno, ¿no?...
Sí, bonita...
Será por eso, y porque me mira con los ojos de Su Amor…
(…)
o Amama, ¿y es verdad que yo me parezco mucho a ti?...
Sí, Dorota,
... tú te pareces mucho a mí...
o ¿Y que tú me pusiste mi nombre?
Así es…
... ¡yo te puse tu nombre!...
o ¡Pero es muy raro!, ¿no?...
¿Tú crees?....
... a mí me parece precioso...
¿Me dejas que te explique por qué te lo puse?
o Sí...
Pues verás…
Tu nombre en castellano significa regalo de Dios (Dorotea), y adoración (Teodora)...
... Y te puse ese nombre porque en cuanto te ví comprendí que tú eras para mí un regalito de El Señor Dios, y en aquel mismo momento le di gracias por tenerte...
o ¿Y por qué le diste gracias?
Pues…
… porque fue el conocerte, el apreciar todo lo que tú eres y todo lo bueno de que eres capaz, lo que me sirvió para darme cuenta de lo que es la Gloria de El Señor Dios, ¿me comprendes?
o No, amama...
Sí, bonita...
Lo que quiero decir es que tú eres un poquito de los ojos del amor para mí...
... de cómo me mira El Señor Dios a mí,
... de cómo te miro yo a ti,
... y de cómo, a través de ti, he de mirar yo a El Señor Dios...
… ¿Porque a que tú también sabes muchas cositas, eres muy generosa y le quieres mucho a tu perrito?...
o Sí…
Bueno…
Pues eso te pasa,
… porque te pareces un poquito a El Señor Dios,
… porque tú también puedes imaginar lo que tu perrito necesita,
… y porque para eso, y para hacerlo realidad, tú también tienes un poquito de su Don...
o ¡¡¡¿De verdad, amama?!!!
Por supuesto que sí, muñequilla:
… ¡El mismo Señor Dios te lo ha dado!...
(…)
o ¡Dime más, amama!...
Pues verás...
Antes hemos estado hablando del Principito, ¿verdad?...
… de cómo él veía su rosa como la más bonita del mundo porque la veía con los ojos de su amor…
o Sí…
Y decíamos que eso pasaba porque él la cuidaba dedicándole todo su amor, ¿no es así?....
o Sí...
También decíamos que así miraba El Señor Dios, ¿lo recuerdas?…
o Sí, amama, también…
Bueno…
… pero a ver si sabes decirme por qué...
o ¿Porque El Señor Dios es muy bueno?
Sí bonita...
… Porque El Señor Dios es muy bueno y por eso nos quiere...
Porque El Señor Dios es totalmente bueno y sólo hacía cosas buenas tuvo a Imagen, su Hijo…
... pero nosotros también procedemos de su Amor y queremos un poquito así, sólo que como no podemos hacer las cosas tan sólo con desearlas como las hace El Señor Dios,
… necesitamos que haya una amá y un aitá para comunicar nuestro amor…
o Yo eso no entiendo, amama…
Sí, bonita, verás…
(…)
Tú te acuerdas de tu aitite?
o Sí, amama, me acuerdo muchas veces…
o … ¡pero él está en el cielo!…
Sí, sí, cariño,
… pero verás lo que te quiero decir…
Aitite y yo también nos mirábamos con los ojos del amor y nos queríamos mucho...
Nos queríamos mucho, y los dos nos dábamos todo nuestro amor,
... aitite a mí, y yo a aitite...
Fuimos muy felices...
Nos queríamos tanto el uno al otro, que llegamos a ser los dos uno, y de nuestro amor nació tu amatxu, ¿me comprendes?...
(…)
o ¡Amama!, ¿por qué cuando te ríes arrugas la nariz?
¿Lo hago?,
... ¡pues es sin darme cuenta!...
(…)
o ...¿O sea que porque tú y aitite os queríais mucho nació la amá, amama?
¡Sí, bonita!...
o ¿Y yo también nací así?
¡Por supuesto que sí, cariño!
o ¿ Y también Imagen nació así?.
Sí, chiquita, sí...
... Imagen también procedía del Amor de El Señor Dios...
o ¡Pero el Señor Dios no tenía una Señora Dios!...
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