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AGUR, P. KOLVENBACH

Puesto que "agur" es en euskera una palabra que implica reconocimiento y que se usa tanto para las acogidas como para las despedidas, sirva a modo de reconocimiento este particular agur por nuestra parte a la figura y a la tarea del P. Kolvenbach.

"LA SOTANA"

"Se va el padre Kolvenbach, discreto, tímido, gran oyente, o escuchante, y sumamente asceta. Igual le pasa lo que al enorme teólogo Karl Rahner, que, ya en edad de jubilación y sin docencia, atendía la portería de la casa de Jesuitas en la que residía, mientras seguía produciendo. A Kolvenbach podría sucederle lo mismo y seguro que lo haría con sumo gusto y con convicción de que tanto se sirve a Dios guiando la orden religiosa más importante del catolicismo como abriéndole la puerta al cartero. Quiere esto decir que los Jesuitas desempeñan altísimos cargos de gobierno -piensen en el rector de la Universidad de Georgetown, o en el de Deusto-, pero, llegado el tiempo, descienden a la base de donde surgieron. Esto le sucede ahora a su general, el primero en la Historia que ha renunciado a un cargo vitalicio. Si esta misma dinámica, común a todos los religiosos, se aplicara parcialmente al tácito escalafón de los obispos, algunas cosas cambiarían.

Por lo demás, la congregación general de los Jesuitas elegirá ahora al sucesor de Kolvenbach. Observando fotos de este «cónclave» de los Jesuitas, el agudo e implacable comentarista Francisco José Fernández de la Cigoña mostraba en su blog religioso su sorpresa, porque no veía, no ya sotanas, sino unos míseros alzacuellos en la congregación, de tal modo que le parecía casi una convención de agentes comerciales, o algo semejante. Existe al respecto una anécdota de Kolvenbach, que sí usa una sotana de corte oriental, suelta, sin fajín y añosa. Un jesuita en ropa de seglar se le acercó un día: «Padre general, ¿cómo no retira usted esa sotanilla de una vez?».

Con la ironía demoledora que le caracteriza, Kolvenbach respondió: «Joven, yo uso esta sotanilla para que usted pueda vestir como quiera». Imagínense la turbación en la Santa Sede si el «Papa negro» entrara al palacio apostólico o a la Secretaría de Estado con corbata o cuello de cisne. Y, sin embargo, los hijos de San Ignacio no basan su identidad en el hábito.

JAVIER MORÁN, La Nueva España, 16 enero 2007

 

5 comentarios

Martika -

Lo q tienen q hacer los jesuitas es echar a los laicos q son faltos de verdad!!Y si quieren un nombre q se pongan en contacto conmigo!!!!!

Bea -

Si, ésto es lo que pone en el periódico: "Adolfo Nicolás, de 71 años, lleva cuatro décadas en Japón y es de talante progresista en la línea de Arrupe"

Almu -

Pues creo que ya han nombrado a alguien.

Alfredo -

Estoy de acuerdo contigo. A ver quien sigue ahora

Joaquim -

Por suerte, aún nos quedan los jesuitas. Y que sea por muchos años.