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::: Dorotatxu :::

UNA PROMISCUA RELACIÓN

Una queridísima amiga mía quien siempre concluye sus misivas con un significativo “un loto para ti”, me decía en una ocasión que la promiscuidad no era sino amor más compasión.

Pues bien. Si por compasión se entiende “padecer” unos y otros “con” los efectos del Amor o ante la presencia del desamor, me temo que no puedo estar más de acuerdo con ella, porque creo sinceramente que una relación de ese tipo es precisamente la que constituye como tal a la Iglesia.

Las idea es que se padece como reacción,

o        y que ese “padecerse con”,

o        tiene lugar por medio de una serie de relaciones

o        que se establecen entre individualidades

o        con la pretensión de vivirse y compartirse en el Amor.

Así, las relaciones que se establecen bajo la acción del Amor y como reacción a Él tienen una razón de bondad y como tal son generadoras.

Nos toca, por tanto, ser promiscuos...

Formar parte de una especie de sistema de vasos comunicantes a través del que,

o        sintiéndonos “afectos” por el Amor

o        y comunicándonos en cuanto que amados unos con otros,

o        como Iglesia lleguemos a compartir entre muchísimos el Amor.

Cuando así sucede, animados por el Amor y ya desde Ella, somos capaces de compartirnos también “nosotros mismos” como individuos con otros “ellos mismos” como individuos con la pretensión de comunicar no ya el Amor, sino nuestro amor.

Pero en esta relación deberíamos ser conscientes de que nuestra capacidad nunca la llena el otro extremo de la misma (sea quien sea) sino Dios, y que, porque esto es así, los vasos de unos y otros van completándose y enriqueciéndose en su respectiva capacidad, siendo que cuanto más se repleten, en mayor medida se enriquece la Iglesia.

Dentro de este entramado, a mí se me antojan válidas únicamente las relaciones que se establecen por Amor y en base a compartir el Amor.

Sin embargo, hay otro tipo de “amores” (los nuestros) que en ellas van incluidos y de los que ahora pretendo un poquito hablar.

Éstos conllevan nuestras experiencias de amor anteriores, nuestros errores dentro de ellas, nuestras expectativas, nuestras tendencias,

 ... y también nuestros aciertos.

De todo ello guardamos memoria, y tomando nota de tod@s ell@s, cada vez nos compartimos más sabiamente y lo hacemos mejor.

Puesto que (como diría otra joven amiga mía) “”aquí (a esta tierra) hemos venido “sólo” a aprender””, vamos a procurar todos entender cada vez más un poquito a ese Amor que porque se nos ha dado gratuitamente se comparte, para que (estando cada vez más capacitados y cada vez más cerca de Él) seamos capaces de participar dignamente de su comunidad.

No tengamos miedo de nuestros errores ni de ser en ese campo muy promiscuos,

  • porque de los errores también se aprende (y personalmente os diré que mucho),
  • y a fin de cuentas todos estamos llamados a compartir el más alto grado del Amor.

Aunque como veis “se me entremeten” los temas en la cabeza, voy a procurar ahora seguir con el tema de la Glosolalia a ver si soy capaz de colgarlo a la mayor brevedad...

Con cariño,

... esta “promiscua” que lo es...

11 comentarios

Bego L. -

Promíscua y preciosa.
Es precioso tu blog, Dorota.
Cuánto amor vive en tí, y cómo lo das.
Muchas gracias.

dorota -

Querida Almu:
Para tí especialmente irá dedicado mi próximo artículo, que se llamará (Dios mediante) EL ENAMORAMIENTO.
Espero que te guste.
Un besito.

Martika -

Me quedo con lo de "solo hemos venido a aprender" que gran verdad te dijo es joven amiga suya. Lo malo es q a veces nos toca a aprender a hostias!!!!

Martika -

El amor es desde luego mucho mas evolucionado y maduro,del q muchos por desgracia padecemos. Quiza este mal enfocado mi comentario porq solo lo aplico en la pareja,porque en mi familia si siento esa promiscuidad muy lejos del incesto ¡claro!

dorota -

No sabes qué bien me viene tu aportación, Almu.
Tienes razón. A veces cuesta mucho sentirse querida.
Ésa posibilidad es la más confortable para encontrar a Dios, pero del Amor también se sabe (y mucho) por su carencia lo mismo que sabemos del frío por ausencia de calor...
Por lo menos sentimos envidia, ¿no crees?, intuición de que aunque como otros no lo sintamos en un momento dado, sí que nos lo merecemos...
Sabemos, pues, que estamos hechos para el Amor, ¿no crees?.
Otra cosita: el día 9 no me pareció oportuno intervenir otra vez, por eso quería aprovechar esta ocasión para (aunque muy tarde) felicitarte.
Que la Virgen de la Almudena te proteja siempre.
Un besito.

almu -

A veces cuesta sentirse querida. Somos demasiado egoístas.

dorota -

Si te parece comenzaré yo, querido Joaquim (y cuando digo querido Joaquim, me refiero a cualquiera de querid@s vosotr@s que os decidiérais a intervenir).
Díme (o decidme) qué os parece esta afirmación:
"Tod@s tenemos la percepción del Amor porque tod@s somos querid@s, y entre tod@s y contando con tod@s trata de imperar el Amor".
¿Os parece algo teórico?...

dorota -

Siempre me remitís a la Iglesia sensible, y como veis yo tiendo muchísimo a la abstracción.
Pero creedme: si la Iglesia algo es, es la común-unión en el Espíritu de Dios.
Si hemos de juzgar únicamente por lo que vemos, os diré que la primera criticable soy yo. Por eso escribo bajo un pseudónimo y tengo especial empeño en que nadie se fije en mí.
Desde luego, querido Joaquim, en intentarlo está la clave, pero no te olvides nunca que el llevarlo a cabo únicamente es posible bajo la acción del Poder del Espíritu de Dios (del Espíritu Santo).
¡Por cierto!...
... ¿no fuiste tú quien aceptó compartir en el blog conmigo sus ideas sobre el Amor?...
Cuando quieras comenzamos.

Joaquim -

La Iglesia es un conjunto de personas que más o menos creen en una misma dirección. Pero no sólo debería de ser eso, sino sobretodo personas que se comportan de una determinada manera. No son sólo las convicciones lo que distingue a un cristiano de otro sino su manera de ser y estar; ahí es donde podemos reconocer al verdadero miembro de la Iglesia. A los que no atinamos a dar con el modo dicen que nos será contada la intención. Esperémoslo.

dorota -

No pretende ser otra cosa, M.J.
De todos modos, vosotr@s juzgaréis si tengo razón...

M.J. -

Nunca se me hubiera ocurrido que la Iglesia pudiera ser presentada como algo así.
No me extraña que le llames capricho teológico.