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::: Dorotatxu :::

CONVERSACIONES CON BEGOÑI

Sobre la eutanasia infantil 

Ya he leído el artículo sobre la eutanasia infantil que salió en El Mundo del domingo,
Begoña…

A mi modo de ver, se trata de legislar y justificar algo incontrovertible, ¡ya sabes!...

… el derecho/deber a la vida de un ser humano…

Una cosa es el encarnizamiento terapéutico (un no a eso)…

… otra las unidades de tratamiento del dolor (un sí a eso)…

… y otra la interrupción voluntaria de una vida humana.

Sin entrar a considerar los efectos de una iniciativa como la de autorizar la eutanasia,

… la idea es que la vida se comparte…

¡Y que esa vida también es nuestra!

¡Cómo no solidarizarse con el dolor de unos padres!... 

¡Mira!:

Ya sabes que mi amiga Inés tuvo a su hijo tres meses en coma profundo…

Los médicos les dijeron que era irreversible, pero ellos no cejaron. Todo era acariciarle, contarle los partidos de football, afeitarle, ponerle música de su gusto…

… todos le escribíamos cada vez que íbamos a verle en un cuaderno…

¡Hasta que un día despertó!...

… y ahora no hay quien le eche un galgo con su coche…

Todos crecimos con su mejoría, ¡te lo aseguro!...

¿Recuerdas cuando te decía que lo más importante de un amante no era lo que te amase él, sino lo que te hiciera amar a ti voluntaria y conscientemente?...

Bien…

… ¡pues él fue para nosotros un gran amante!...

 

Bilbao, a 15 de septiembre de 2004

 

 

Conversación con Begoñi  

(Begoñi):

Maruchi, el viernes “el sifu” quiere que pasemos una hora en meditación por las víctimas de la escuela rusa. Nos ha pedido que busquemos una vela, que llevemos cerillas e incienso…

Bueno, sólo el que quiera; el que no quiera historias religiosas (esa palabra la ha usado él, no tiene porqué hacerlo. Así como de pasada dijo que se trataba de poner una luz por tantas almas perdidas…

Y a mí, que me como el coco por todo, se me plantea un problema porque encender algo tan perecedero como una vela, que se enciende y se vuelve a apagar para solidarizarme con tanto dolor, me produce más dolor aún, es como si volviera a tener delante de los ojos la fragilidad de tantos niños que han muerto en este atentado. No llevar la vela puede entenderse como algo soberbio, pero llevarla porque sí me parece hipócrita…

… ¿qué me dices?...

  

(Maruchi):

Para mí ya sabes lo que significa la luz…

… y encender una luz significaría mi deseo de participar con ellos en la Luz…

Yo lo hice el viernes pasado en mi casa…

 (Begoñi):

¿Te refieres a intentar llegar a ellos allá donde estén?...

 (Maruchi):

Me refiero a intentar unirnos con ellos en el Amor allá donde estén (eso es la Comunión de los Santos, cuando oigas hablar en cristiano)…

 (Begoñi):

Una vez leí esta explicación de la reencarnación por un monje budista: una vida pasa a otra como la luz de una vela pasa a otra vela. Las velas son diferentes, pero la llama es la misma. Nuestra personalidad desaparece, pero no esta luz…

Para mí sigue dominando el dolor y la sensación de extinción…

Salgo a trabajar, pero voy a repetirme lo que me has dicho a ver si lo veo.

 (Maruchi):

Para nosotros no, maitea…

La vida nos habita, pero no es que “nuestra vida” pase de un ser a otro, sino que la Vida (El Espíritu Santo) toma distintas formas sustanciales en los diferentes seres de cada naturaleza y habita en nosotros…

En el caso de los difuntos, habita en ellos en el modo propio que les corresponde como miembros de una naturaleza espiritual, una vez que ésta se ha separado de su naturaleza material.

Cuando el designio de Dios se cumpla (es decir, cuando todas las naturalezas sean recreadas en Xto. y su Amor sea en nosotros), cada ser disfrutará de la plenitud de su naturaleza, y todos nosotros tomaremos de nuevo cuerpo puesto que nuestra naturaleza incluye un componente material…

… un cuerpo “transfigurado”, lleno de Luz, lleno del Espíritu Santo, de la fuerza de Dios…

Mientras tanto, y como las personas nos trascendemos y podemos comunicarnos con otros seres personales a un nivel intencional (un nivel que excluye la limitación de la materia), también podemos participarnos y participar de su amor y del Amor de Dios con los difuntos…

… ¡y eso es la Comunión de los Santos!...

 (Begoñi):

Eso es la fe, lo que yo no tengo. Por eso creo que si pongo una vela estaré cumpliendo un rito, estaré haciendo como los demás; lo haría sólo para no complicarme la vida. Pero mientras sienta como siento, creo que no voy a poner ninguna vela. Y eso me pone un poco triste.

 (Maruchi):

¡Fíate, Begoñi!...

¡Si no, no podrás experimentar!

Dale la modalidad que quieras, ¡pero ora!...

… ¡o dí lo que te diga el corazón!...

Inténtalo y observa…

… ¡verás hasta dónde llega la fuerza de la oración!...

 (Begoñi):

Creo que sólo me va a salir echarme a llorar…

 (Maruchi):

Antes o después, Begoñi…

… ¡déjate alcanzar por Dios!...

Él sabe lo que sientes, y tu sientes así porque Él tiene tus mismos sentimientos…

No es una “chocholada” lo que te digo:

Tú eres porque Él es…

… y eres a su “imagen y semejanza”…

Él es y actúa “ilimitadamente”…

… ¡imagínate su dolor!...

No tiene cuerpo: es Espíritu Puro…

… y es a ese nivel espiritual como podemos compartirnos con Él y con nuestros hermanos difuntos…

¡Aunque no digamos nada!...

… ¡aunque sólo lloremos!...

 (Begoñi):

Gracias por lo que me dices; me dejaré llevar.

 

Bilbao, 14 de septiembre de 2004

 

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